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Adriana Medina y sus bombones tricolor

Los bombones de "Le kakaw" para paladares afortunados en Florida, resultado de la pasión, aprendizaje y técnicas de una venezolana

Bombones con Identidad

Hermosos por fuera y deliciosos por dentro, cada bombón de la marca Le kakaw encapsula el esfuerzo de la migración venezolana en un naciente mercado chocolatero en Miami.

Ha pasado una década desde que Adriana Medina decidió apagar sus hornos en Venezuela y emprender una vida en Miami. Huyendo de una situación económica y política que ya comenzaba a tornarse caótica, la joven empacó sus recetas, sus manuales de un instituto culinario en Caracas, y con su experiencia comenzó a probar suerte en un mercado gastronómico donde compite una migración de toda América Latina en suelo americano.

Aunque consiguió incluirse en el terreno laboral pastelero rápidamente, los inicios de una vida en este oficio fuera de Venezuela no eran tan dulces como los cientos de postres que decoraba, ni tan cálidos como los pasteles que diariamente horneaba.

Como la mayoría de las personas que comienza una vida desde cero en otras fronteras, Medina tenía que trabajar largas jornadas para poder generar los ingresos que le permitieran mantener los gastos de establecer un nuevo hogar. Del exceso de trabajo el cuerpo le pasó factura; comenzaron dolencias y malestares físicos que la llevaron a abandonar un empleo fijo y emprender a su ritmo. Ese fue el principio de Le kakaw.

Bombones que recuerdan a la delicada porcelana

Cuando se recibe la primera caja de Le kakaw, uno no sabe si comérselos o ponerlos de decoración en la vitrina de la casa. Son coloridos, artísticos, relucientes… Cada bombón brilla en un acabado tan perfecto que parecen piezas elaboradas en lujosa porcelana china. En estos bombones hay dedicación, creatividad y mucha pasión, por eso su creadora los define como pequeñas obras de arte rellenas de ingredientes frescos y de calidad.

De sus bombones Medina destaca el proceso de chocolatería artesanal, donde cada pieza es única y trabajada por separado. La pintura y decoración nunca le va a quedar igual –dice- porque depende de la inspiración y los sentimientos de cada día. Eso es algo que la creadora quiere preservar incluso cuando comience a crecer y tenga su local comercial, la esencia de Le kakaw es ser una bombonería artesanal, con un detallista trabajo manual.

Sabores locales e ingredientes de temporada

Aunque al igual que en Venezuela el bombón de parchita es uno de los favoritos -y de que tienen en su propuesta una opción tropical con mango y cambur que recuerda a los sabores venezolanos- los rellenos de Le kakaw se han enfocado en sabores pensados para el mercado estadounidense. Por ello contemplan mezclas con manzana, frutos rojos, y el tradicional “salted caramel” preparado con caramelo, mantequilla y sal, un contraste dulce y salado que es el rey de la pastelería estadounidense.

Adriana define el menú como bastante clásico pues, aunque continuamente experimenta con nuevos sabores y juega con las temporadas, la línea regular de propuestas la contemplan los “best seller” o preferidos del comprador, aunque hay sus sorpresas, como el de fresas en una reducción de balsámico, o el de champaña efervescente que explota en un burbujear en boca, un sorpresivo relleno que solo ofrecen para las fiestas decembrinas.

Fuente: http://somosarepa.com/2018/12/06/adriana-medina-y-sus-bombones-tricolor/

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